La responsabilidad de la profesión de enfermería tiene una gran trascendencia en el cuidado de la salud y la vida, su desarrollo académico y científico supera las barreras del oficio y se transforma en una profesión necesaria, en cuyo ejercicio es esencial el respeto por la vida, la dignidad y los derechos de la persona humana.

     

    El profesional de enfermería ha de ejercer sus actividades con autonomía, justicia, equidad, competencia, responsabilidad y honestidad; todo lo cual se hace evidente en el razonamiento ético y en la actuación del profesional con respeto a la diversidad, la libertad, la pluralidad, la igualdad y la fraternidad para contribuir al fortalecimiento de la propia conciencia y el servicio profesional.