En general, la toma de decisiones involucra el mecanismo sensorial, la percepción, la cognición y la expresión de resultados en el cerebro (Hall, 1976). A menudo sienten, perciben, piensan, recuerdan y razonan de manera adaptativa consciente e inconsciente. A menudo, cuando los profesionales de cualquier área se enfrentan a problemas o situaciones en la vida diaria, donde deben tomar una decisión, necesitan aplicar la lógica y el razonamiento lógico para alcanzar los resultados deseados, por lo que es importante que sus procesos formativos estén permeados por procesos orientados a desarrollar ambas capacidades.  

Cuando la situación requiere una respuesta el cerebro le pide imágenes relacionadas con la situación y las opciones para la acción, y de esta forma se podrá anticipar a los resultados futuros mediante representaciones abstractas, y mediante estrategias de razonamiento lógico y matemático operará sobre ese conocimiento para producir una decisión.